En medio del contexto urbano del municipio de Arauca habita un caserío del pueblo Hitnu, liderado por el mayor Montaño, esté en medio de una profunda tristeza por no vivir en su territorio ancestral guía a la comunidad en la preservación de la lengua originaria y las costumbres propias como la vestimenta tradicional.
La tristeza del Mayor Montaño Indígena del pueblo Hitnu, por vivir en un contexto urbano, se manifiesta a lo largo de su día cuando se encuentra con su niño interior, lo que le lleva a cuestionarse y finalmente encontrar paz consigo mismo mediante una ceremonia espiritual.
Leticia, sabedora del pueblo Tukano oriental preocupada por la transmisión de conocimientos en las nuevas generaciones debido a la urbanización de su territorio, enseña a sus nietas la importancia de la medicina tradicional para limpiar los males del cuerpo.
Por medio de la toma de medicina, baño y danza tradicional, Leticia mantiene su cuya llena de medicina para que las nuevas generaciones sigan tomando el agua de las estrellas para sanar su cuerpo.
Humberto Rodríguez, médico tradicional del pueblo Amorúa, se prepara para realizar el rezo del pescado, un ritual esencial para guiar a una joven de su resguardo que ha tenido su primera menstruación. Esta ceremonia no solo marca su transición hacia la adultez, sino que también fortalece su conexión con las tradiciones ancestrales de la comunidad. A través de cantos y el uso de plantas sagradas.
Humberto transmite la sabiduría de sus antepasados, reafirmando la importancia de la identidad cultural en un mundo que enfrenta crecientes desafíos. En este acto de resistencia, se entrelazan la espiritualidad, la naturaleza y el papel fundamental de la mujer en la cosmovisión Amorúa.